Da La Vanguardia del 29/11/2005
Originale su http://www.lavanguardia.es/web/20051129/51200237633.html
FÚTBOL. En todos los partidos de la Liga y la Copa de Italia
Cinco minutos contra el racismo en el fútbol italiano
ROMA - Todos los partidos de la Liga y la Copa de Italia de fútbol que se jueguen esta semana, entre hoy y el domingo, comenzarán con cinco minutos de retraso. Así lo decidió ayer la Federación Italiana (FIGC), como medida de protesta ante las reiteradas muestras de comportamiento racista en numerosos estadios del país, que se reprodujeron el domingo en Messina.
La FIGC determinó también que en todos los partidos los dos equipos saltarán juntos al terreno de juego llevando hasta el centro del campo una única pancarta con la frase "No al racismo".
"El fútbol italiano está contra el racismo y quiere reafirmarlo con esta protesta, que afectará a todo el mundo del fútbol: entrenadores, directivos, jugadores y árbitros", dice el comunicado oficial.
El seleccionador nacional, Marcello Lippi, secundó la iniciativa. "Estos episodios son insultos a la naturaleza, pues no hay más que una raza: la raza humana. El deporte anula las fronteras", declaró ayer.
La última muestra grave de racismo en las gradas se vivió el domingo durante el Messina-Inter (1-2). En el minuto 20 del segundo tiempo, cuando el Inter dominaba por 0-2, el defensa local Mark André Kpolo Zoro, defensa internacional de Costa de Marfil, de raza negra, cansado de los constantes abucheos e insultos ( "cerdo negro") coreados desde la grada que ocupaban los seguidores del equipo visitante, cogió el balón y se dirigió llorando hacia la banda para pedir al cuarto árbitro que detuviera el partido - ésta es una posibilidad que prevé el reglamento-, decidido en último caso a abandonar el terreno de juego.
El brasileño del Inter Adriano, también negro, fue el primero que trató de convencerle de que desistiera. Luego se le unió otro jugador negro del Inter, el nigeriano Martins, y más tarde un tercero, Materazzi, italiano y blanco. Tras un par de minutos de tensión, Zoro volvió al campo y se reanudó el juego.
"He recibido insultos en muchos partidos del campeonato - explicó luego Zoro-, pero hoy, y en nuestro campo, ya no podía más. Los jugadores interistas me hicieron ver que de seguir en mi postura el partido se tendría que volver a jugar, que iba a haber problemas, además de pedirme disculpas en nombre de sus aficionados y decirme que me entendían bien, que ellos lo habían sufrido en otras ocasiones y que irían ellos mismos a pedirles que se callaran. Por eso decidí seguir".
El Inter, cuyo presidente, Giacinto Facchetti, pidió excusas en seguida, se arriesga a una fuerte multa o incluso a la clausura de su campo.
La FIGC determinó también que en todos los partidos los dos equipos saltarán juntos al terreno de juego llevando hasta el centro del campo una única pancarta con la frase "No al racismo".
"El fútbol italiano está contra el racismo y quiere reafirmarlo con esta protesta, que afectará a todo el mundo del fútbol: entrenadores, directivos, jugadores y árbitros", dice el comunicado oficial.
El seleccionador nacional, Marcello Lippi, secundó la iniciativa. "Estos episodios son insultos a la naturaleza, pues no hay más que una raza: la raza humana. El deporte anula las fronteras", declaró ayer.
La última muestra grave de racismo en las gradas se vivió el domingo durante el Messina-Inter (1-2). En el minuto 20 del segundo tiempo, cuando el Inter dominaba por 0-2, el defensa local Mark André Kpolo Zoro, defensa internacional de Costa de Marfil, de raza negra, cansado de los constantes abucheos e insultos ( "cerdo negro") coreados desde la grada que ocupaban los seguidores del equipo visitante, cogió el balón y se dirigió llorando hacia la banda para pedir al cuarto árbitro que detuviera el partido - ésta es una posibilidad que prevé el reglamento-, decidido en último caso a abandonar el terreno de juego.
El brasileño del Inter Adriano, también negro, fue el primero que trató de convencerle de que desistiera. Luego se le unió otro jugador negro del Inter, el nigeriano Martins, y más tarde un tercero, Materazzi, italiano y blanco. Tras un par de minutos de tensión, Zoro volvió al campo y se reanudó el juego.
"He recibido insultos en muchos partidos del campeonato - explicó luego Zoro-, pero hoy, y en nuestro campo, ya no podía más. Los jugadores interistas me hicieron ver que de seguir en mi postura el partido se tendría que volver a jugar, que iba a haber problemas, además de pedirme disculpas en nombre de sus aficionados y decirme que me entendían bien, que ellos lo habían sufrido en otras ocasiones y que irían ellos mismos a pedirles que se callaran. Por eso decidí seguir".
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