Da La Nación del 25/09/2006
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Italia debate sobre la eutanasia por un conmovedor caso
Un hombre de 60 años, que no puede caminar, ni comer, ni respirar por sus medios suplicó al presidente Giorgio Napolitano que legalice esa práctica en el país
ROMA.- Una súplica al presidente italiano de un hombre que ya no puede caminar, comer, ni respirar por sus propios medios debido a una distrofia muscular, abrió un debate sobre la eutanasia en este país de tradición católica.
Piergiorgio Welby le suplicó la semana pasada el presidente Giorgio Napolitano que sea legalizada la eutanasia en el país, para que él pueda pedirla.
Welby, de 60 años, está confinado en una cama, conectado a una sonda que le permite respirar artificialmente. Se comunica por medio de un sintetizador de voz.
Los médicos le diagnosticaron distrofia muscular cuando era adolescente. A los 33 años comenzó a utilizar una silla de ruedas. Durante los últimos tres meses respira artificialmente y es alimentado también por una sonda.
La eutanasia es ilegal en Italia, donde la Iglesia católica tiene influencia política.
El Vaticano prohibe la eutanasia, e insiste que se debe salvaguardar la vida desde el comienzo hasta un final "natural".
"Pienso que deberíamos estar agradecidos al presidente Napolitano, que ha propuesto una discusión y un debate sobre este tema", expresó el ministro de Solidaridad Social Paolo Ferrero. "En lo personal, estoy en favor de la eutanasia", declaró el ministro del gobierno de centro-izquierda a la prensa local.
Rocco Buttiglione, un líder de la oposición demócrata cristiana cercano al Vaticano manifestó que "no es cierto que existe un vacío legislativo sobre el tema. La ley italiana dice que la eutanasia está prohibida".
Un ruego desesperado. El llamado lanzado a través de un video por Welby, co-presidente de la asociación Luca Coscioni (que lleva a cabo una batalla por el derecho a morir), fue emitido la noche del viernes por el programa "Primo Piano" de la cadena pública televisiva Rai-3.
En la grabación aparecía el enfermo pudiéndose comunicar con una voz sintetizada gracias a una computadora. Welby pasó la mitad de su vida sin caminar, un tercio sin hablar o escribir, y en los últimos meses no puede hacer nada.
La respuesta política. El debate sobre la eutanasia se reavivó con los pronunciamientos de numerosos políticos tras el pedido de Welby lanzado al presidente de la República, Giorgio Napolitano, en reclamo de su derecho a poner fin a su existencia.
Napolitano respondió a Piero Welby: "Recibo su mensaje de trágico sufrimiento con sincera comprensión y solidaridad".
Napolitano auspició que ésta "pueda representar una ocasión de no apresurada reflexión sobre situaciones y temas de particularidad complejidad en el plano ético que exigen una confrontación sensible y profunda".
Por su parte, el presidente del Senado, Franco Marini, dando voz a la posición de los católicos, aseguró que a su juicio "la palabra eutanasia no existe, no tiene espacio en el debate político de nuestro país".
El ex ministro Gianni Alemanno, de la derechista Alianza Nacional, actualmente en la oposición, tachó la invitación de Napolitano a abrir un debate sobre el tema como "institucionalmente equivocada".
"Con todo el respeto, el jefe del Estado no debería lanzar mensajes y abrir debates que dividen el país y que son ajenos a nuestra cultura", explicó Alemanno.
EL POLÉMICO CASO SCHIAVO
La dramática historia de la mujer, en coma durante 15 años, se convirtió en una disputa familiar y social y derivó en una polémica entre conservadores y liberales, en la cual se involucraron desde el Congreso y el presidente George W. Bush, hasta la Corte Suprema y el Vaticano.
EN LA ARGENTINA
En agosto último, el juez Pedro Federico Hooft autorizó a una mujer que enfrentaba un cuadro avanzado de una enfermedad terminal a negarse a recibir terapias "invasivas" que le alargarían la vida, pero que, sin mejorar su salud, la expondrían a mayores sufrimientos.
Piergiorgio Welby le suplicó la semana pasada el presidente Giorgio Napolitano que sea legalizada la eutanasia en el país, para que él pueda pedirla.
Welby, de 60 años, está confinado en una cama, conectado a una sonda que le permite respirar artificialmente. Se comunica por medio de un sintetizador de voz.
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"Pienso que deberíamos estar agradecidos al presidente Napolitano, que ha propuesto una discusión y un debate sobre este tema", expresó el ministro de Solidaridad Social Paolo Ferrero. "En lo personal, estoy en favor de la eutanasia", declaró el ministro del gobierno de centro-izquierda a la prensa local.
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Un ruego desesperado. El llamado lanzado a través de un video por Welby, co-presidente de la asociación Luca Coscioni (que lleva a cabo una batalla por el derecho a morir), fue emitido la noche del viernes por el programa "Primo Piano" de la cadena pública televisiva Rai-3.
En la grabación aparecía el enfermo pudiéndose comunicar con una voz sintetizada gracias a una computadora. Welby pasó la mitad de su vida sin caminar, un tercio sin hablar o escribir, y en los últimos meses no puede hacer nada.
La respuesta política. El debate sobre la eutanasia se reavivó con los pronunciamientos de numerosos políticos tras el pedido de Welby lanzado al presidente de la República, Giorgio Napolitano, en reclamo de su derecho a poner fin a su existencia.
Napolitano respondió a Piero Welby: "Recibo su mensaje de trágico sufrimiento con sincera comprensión y solidaridad".
Napolitano auspició que ésta "pueda representar una ocasión de no apresurada reflexión sobre situaciones y temas de particularidad complejidad en el plano ético que exigen una confrontación sensible y profunda".
Por su parte, el presidente del Senado, Franco Marini, dando voz a la posición de los católicos, aseguró que a su juicio "la palabra eutanasia no existe, no tiene espacio en el debate político de nuestro país".
El ex ministro Gianni Alemanno, de la derechista Alianza Nacional, actualmente en la oposición, tachó la invitación de Napolitano a abrir un debate sobre el tema como "institucionalmente equivocada".
"Con todo el respeto, el jefe del Estado no debería lanzar mensajes y abrir debates que dividen el país y que son ajenos a nuestra cultura", explicó Alemanno.
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La dramática historia de la mujer, en coma durante 15 años, se convirtió en una disputa familiar y social y derivó en una polémica entre conservadores y liberales, en la cual se involucraron desde el Congreso y el presidente George W. Bush, hasta la Corte Suprema y el Vaticano.
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